Las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania han sido catastróficas, hasta el punto de poner en peligro la asequibilidad y la disponibilidad de trigo y otros alimentos básicos en el mundo, advirtió la directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial (BM), Mari Elka Pangestu.
La portavoz del organismo indicó que se le debe prestar mucha atención al conflicto armado generado por Vladímir Putin, ante un sistema alimentario frágil alterado por los dos años de pandemia de covid-19, fenómenos climáticos, devaluaciones monetarias y empeoramiento de las restricciones fiscales.
: no solo del trigo, sino también de la cebada, el maíz y el aceite comestible, entre otros productos exportados por estos dos países”, dijo.
Los precios de los alimentos a nivel global, antes de la guerra, ya alcanzaban un máximo histórico.
En ese sentido, “gestionar la volatilidad de los precios de los alimentos y salir de esta nueva crisis depende de las políticas nacionales y de la cooperación mundial”, destacó la representante del Banco Mundial.
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Pangestu ve cuatro prioridades para los países y la comunidad internacional:
- En primer lugar, mantener el comercio de alimentos. A partir de la experiencia, los países y las organizaciones internacionales deben volver a unirse en su compromiso de mantener el flujo comercial de productos alimenticios.
- En segundo lugar, apoyar a los consumidores y los hogares vulnerables a través de redes de protección social. Es imprescindible mantener o ampliar los programas de protección social que ayudan a proteger a los consumidores.
- En tercer lugar, apoyar a los agricultores. Si bien las existencias mundiales de alimentos son adecuadas ahora, debemos proteger las cosechas de la próxima temporada, ayudando a los productores de alimentos a enfrentar un marcado aumento de los insumos, incluidos los costos de los fertilizantes y la menor disponibilidad de dichos insumos.
- Y cuarto punto, el más crucial: