A pesar de las secuelas existentes por la pandemia de covid-19, las economías de América Latina y el Caribe (ALC) deben ser reformadas si se quiere una recuperación sostenida y dinámica, recomendó el Banco Mundial.
En su informe, Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde, explicó que el Producto Interno Bruto (PIB) de 2022, podría crecer un 6,9%, tras el rebote de un 6,9% en 2021. Para el 2023, estiman un incremento de un 2,2%.
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El proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas.
La tasa de pobreza a nivel regional se elevó a 27,5 por ciento en 2021 y sigue por encima de su nivel prepandémico de 25,6%, mientras que las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10% en los ingresos futuros de millones de jóvenes en edad escolar.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que “nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación post pandemia. No obstante, a largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”.
Es imperativo poner en marcha una serie de reformas a favor del crecimiento en infraestructura, educación e innovación, y las inversiones más importantes deben financiarse a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales. Pero estas reformas tan necesarias deben responder a los grandes acontecimientos que están configurando la economía mundial, incluido el cambio climático.