Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, dos tercios de las familias con niños perdieron sus ingresos, de acuerdo al Banco Mundial (BM) y la Unicef.
En el informe Impact of COVID-19 on the welfare of households with children (Impacto de la COVID-19 en el bienestar de los hogares con niños), realizado en 35 países, se explica que uno de cada cuatro hogares con niños, los adultos tenías uno o más días sin comer, por falta de dinero.
Sanjay Wijesekera, director de Programas de Unicef, dijo que “el moderado avance obtenido en la reducción de la pobreza infantil en los últimos años corre riesgo de verse neutralizado en todas partes del mundo. Las familias han sufrido pérdidas de una magnitud alarmante”.
Destacó que la inflación del año pasado “llegó al nivel más alto en años, más de dos tercios de los hogares con niños percibieron menos dinero. Las familias no pueden costear los alimentos o los servicios esenciales de atención de la salud. No pueden costear la vivienda. Es un panorama desolador, y los hogares más pobres se ven sumidos en una pobreza aún mayor”.
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El Banco Mundial y la Unicef que los niños más expuestos tuvieron más oportunidades de recibir ayuda del Estado
El estudio explica que la mayoría de los niños carecen de lo necesario y que el 40% de las familias no realizaron alguna actividad educativa mientras las clases estuvieron paralizadas.
Carolina Sánchez-Páramo, directora mundial del Departamento de Reducción de la Pobreza y Equidad del Banco Mundial, puntualizó que “las interrupciones de la educación y de la atención de la salud infantil, sumadas a los catastróficos gastos directos en salud que afectan a más de 1000 millones de personas, podrían frenar el desarrollo del capital humano, es decir, los niveles de educación, salud y bienestar que las personas necesitan para convertirse en miembros productivos de la sociedad”.
En ese sentido, “eta situación podría perpetuar el aumento de la desigualdad para las generaciones futuras y, en consecuencia, los niños tendrían menos posibilidades de vivir mejor que sus padres o sus abuelos”, dijo la portavoz del Banco Mundial.