Todo parece que las economías del mundo experimentarán un proceso de estanflación, ante síntomas que ya persisten, advierte Carlos Dorado, presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio.
La estanflación significa que la economía estará en recesión junto a una acelerada inflación, sin control y exagerada.
Si bien se ha pensado que la guerra de Rusia contra Ucrania podría desencadenar inestabilidades en los sectores productivos del mundo, Carlos Dorado, considera que no necesariamente sería por el conflicto bélico.
“Quizás políticamente se quiera vender de esa forma, para echarle la culpa a algún factor externo de la situación económica actual”, advirtió.
En un futuro, si la guerra se extiende, provocará una fuerte contracción de la economía global. “Será más gasolina al fuego y más difícil de apagar”, aclaró.
El panorama actual, dice Carlos Dorado, es consecuencia de dos factores: el confinamiento producto del coronavirus; la inyección exagerada de ayudas, estímulos, subvenciones; y dinero inyectado a la economía durante este periodo.
“Ese error, de una desproporcionada política monetaria expansionista, es lo que nos está poniendo a las puertas de una estanflación. Yo lo mencioné en su momento que las ayudas estaban siendo exageradas y sin estrategia alguna, las consecuencias se están comenzando a ver ahora”, señaló.
¿A qué enfrentarse?
Hoy en día, las dos economías más importantes del mundo: la americana y la china, corrigen aún las expectativas de crecimiento económico del Producto Interno Bruto (PIB), debido al desacelaramiento, mientras la inflación se acerca a los dos dígitos.
“Esto sin contar la inflación subyacente, o sea, de aquellos bienes y servicios que no están dentro las variables que mide el crecimiento del IPC (Índice de Precios al Consumidor), la cual superó ampliamente los dos dígitos”, sentenció Carlos Dorado.
Eso genera que la capacidad de consumo de la población disminuya, debido a que los sueldos y salarios no suben en el mismo porcentaje que los precios, porque las compañías también disminuyen sus márgenes de ganancias.
“En otras palabras, la mayoría de la población continua a empobrecerse, mientras los precios siguen subiendo. El peor de todos los mundos“, explicó.
-Si las dos primeras economías del mundo entran en recesión, las demás van en crisis. Por lo cual, este panorama termina afectando a todos los países, empobreciendo a la población, bajando sus niveles de bienestar, aumento del desempleo, subiendo de los tipos de interés, encareciendo el endeudamiento, frenando la inversión, y ampliando peligrosamente las desigualdades sociales, donde la clase media y baja se verá ampliamente afectada en sus niveles de vida.
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¿Cómo prepararse?
El empresario y economista Carlos Dorado considera que si no se toman las medidas adecuadas, aunado a la extensión de la guerra, podría haber una situación económica como la vivida en los años 70.
El Premio Nobel de Economía (1976), Milton Friedman (liberal, gran crítico del Keynesianismo y padre del monetarismo), predijo diez años antes de que ocurriera la estanflación en Estados Unidos y planteó la teoría de que la “inflación es un fenómeno de una política monetaria expansiva”.
“En estos casos habría que hacer al revés: aplicar una política monetaria restrictiva a través de incremento de las tasas de interés, y de la disminución de la masa monetaria, hasta que la inflación vuelva a niveles por debajo del crecimiento económico”, recordó Carlos Dorado.
Durante este periodo la mayoría de la población “ve cómo su capacidad de consumo, y sus niveles de bienestar se van empobreciendo; y tenemos que bajar buena parte de esos escalones que subimos durante la bonanza. Yo lo veo un poco como la resaca después de una gran fiesta llena de alcohol, cuando nos despertamos es demasiado tarde y ya el malestar no se puede quitar”.
En este caso, “es peor aún porque no solo es malestar, sino que hay que curarla. Algo así como la quimioterapia, que hay que soportar mucho sufrimiento si se quiere curar el cáncer“.
Carlos Dorado puntualizó que “esto es algo que políticamente tiene un costo. Pero la demagogia es el gran aliado de los políticos, donde es más fácil engañar, que tener la valentía de tomar medidas hoy que curen al enfermo mañana, con una visión de largo plazo. Pero lo anterior, no está dentro de los manuales de planes de la mayoría de los políticos, cuando una reelecciones son a corto plazo y las soluciones son a largo plazo”.