El conflicto entre Rusia y Ucrania trastoca los precios del petróleo que alcanzó el jueves su máximo histórico desde hace siete años al marcar 100,04 dólares el Brent, que se comercializa en el Mar del Norte y es uno de los más importantes a nivel global.
El aumento del crudo se produce por las sanciones de la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos al Kremlin, que reconoció a Donetsk y Luhansk como “países independientes”.
Rusia es el segundo principal exportador de petróleo después de Arabia Saudita y distribuye 1 de cada 10 barriles en el mundo, por lo que los consumidores pueden ver el impacto de la “guerra” al momento de surtir gasolina.
De concretarse la invasión de Rusia a Ucrania, Occidente puede prohibir a empresas y países a negociar petróleo con Gazprom o Rosneft, gigantes rusos del mercado energético.
En caso de que esto ocurra, es posible que el precio del crudo supere aún más los 100 dólares en los próximos días, lo que tendría un impacto negativo a la recuperación que experimenta Latinoamérica en medio de la pandemia e índice inflacionarios.
Las estatales Petrobras (Brasil) y Pemex (México) no podrán controlar el impacto del precio del petróleo en la economía personal o familiar por la crisis entre Rusia y Ucrania
De incrementarse el valor del petróleo en la oferta y demanda, habrá implicaciones para la región.
Si bien Rusia envía el aceite mineral de forma limitado a los países de América, “cualquier disrupción en la oferta global tiene impacto en el resto de los crudos”, reseñó la BBC Mundo en entrevista a Ixchel Castro, gerente para Latinoamérica de Petróleos y Mercados de Refinación de la consultora Wood-Mackenzie.
México y Brasil son los principales productores de este lado del planeta, mientras que Argentina, Ecuador, Colombia y Venezuela, lo hacen, pero en menor medida.
Aunque pareciera que alza del precio del petróleo sería significante para las economías, eso generará mayor inflación en los países ya con crisis.