En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la eurozona registró un nuevo máximo de un 5,8% frente al 5,1% de enero, de acuerdo a la oficina de estadísticas de la Unión Europea.
Las cifras ponen en aprietos al Banco Central Europeo (BCE), que debe decidir si busca estrategias para impulsar el crecimiento decreciente o hacerle frente a los precios acelerado ante la amenaza de suspensión del suministro de gas por parte de Rusia.
El Kremlin importa el 40% del gas natural que necesita la eurozona y una cuarta parte del crudo. Si bien el flujo no se ha paralizado, los precios se han disparado.
La inflación de la eurozona logró un máximo histórico por cuarto mes consecutivo
Capital Economics dijo que “la guerra en Ucrania aumentará la presión alcista sobre la inflación. El mayor impacto será a través de los precios del gas y el petróleo, los cuales probablemente sean más altos por más tiempo de lo esperado. Cualquier interrupción en el suministro de gas de Rusia podría hacer que los precios vuelvan a subir”.