La crisis por pandemia persiste y los flujos de remesas aumentan en los países de ingreso bajo y mediano un 7,3 % este año, según estimaciones del Banco Mundial (BM), alcanzando los USD 589.000 millones.
El crecimiento de la actividad de remesas está por encima de los pronósticos previos y valida la resiliencia de los flujos observados en 2020, cuando hubo una caída de un 1,7 %.
En el informe Reseña sobre migración y desarrollo publicado hoy por el BM se explica que por segundo año consecutivo, se prevé que los flujos de remesas a los países de ingreso bajo y mediano (sin incluir a China) superen la suma de la inversión extranjera directa (IED) y la asistencia externa para el desarrollo.
“Esto subraya la importancia de las remesas como medio de sustento vital que permite a los hogares cubrir sus gastos esenciales relacionados con la alimentación, la salud y la educación durante los períodos de dificultades económicas en los países de origen de los migrantes”, indicó el BM.
Michal Rutkowski, director Mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, aseguró que “los flujos de remesas que envían los migrantes han sido un complemento fundamental de los programas públicos de transferencia de efectivo, que buscan ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas durante la crisis de la COVID-19. Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”.
Se espera que las remesas aumenten un 2,6 % en 2022, en consonancia con las previsiones macroeconómicas mundiales
El comportamiento de las remesas
Algunos factores que han contribuido al sólido crecimiento de las remesas son la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en épocas de necesidad, sumada a la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, que a su vez fue respaldada por los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.
En los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y en Rusia, el repunte de las remesas al exterior también obedeció al aumento de los precios del petróleo y la recuperación económica que eso trajo consigo.
Se registró un sólido crecimiento de las remesas en la mayoría de las regiones. Los flujos aumentaron un 21,6 % en América Latina y el Caribe, un 9,7 % en Oriente Medio y Norte de África, un 8 % en Asia meridional, un 6,2 % en África al sur del Sahara y un 5,3 % en Europa y Asia central.
En Asia oriental y el Pacífico, disminuyeron un 4,0 %, aunque si se excluye a China, registraron un aumento del 1,4 % en la región.
En América Latina y el Caribe, el crecimiento fue sumamente sólido debido a la recuperación económica en Estados Unidos y a otros factores, entre ellos la respuesta de los migrantes ante los desastres naturales en sus países de origen y las remesas enviadas desde estos países a los migrantes en tránsito.
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El costo de enviar USD 200 a otro país continuó siendo elevado, y se situó en un 6,4 % del monto transferido en el primer trimestre de 2021, según la base de datos sobre el precio de envío de remesas a nivel mundial que mantiene el BM.
“El impacto inmediato de la crisis en los flujos de remesas fue muy profundo. El sorprendente ritmo de recuperación es una buena noticia. Para preservar los flujos de remesas, en particular mediante los canales digitales, sigue siendo fundamental que los migrantes y los proveedores de servicios de remesas puedan acceder a cuentas bancarias. Asimismo, es necesario que las respuestas de política sigan velando por la inclusión de los migrantes, en particular en los ámbitos del acceso a las vacunas y la protección contra las remuneraciones insuficientes”, dijo Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).