Tras la invasión de Rusia a Ucrania, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima la pérdida de 4,8 millones de empleos.
Un estudio del organismo reveló que si se mantienen las hostilidades, esa cifra llegará a siete millones, pero si la agresión cesa, habrá un retorno de 3,4 millones de puestos de trabajo, lo que reduciría las pérdidas de empleo al 8,9%.
Desde el inicio del conflicto bélico, al menos 5,23 millones de refugiados han huido a países vecinos, especialmente, mujeres, niños y adultos mayores. De ese total, 2,75 están en edad de trabajar, de los cuales un 43,5% tenía empleo.
La crisis en Ucrania también puede crear disrupciones laborales en los países vecinos, principalmente Hungría, Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
“Si las hostilidades continúan, los refugiados ucranianos se verían obligados a permanecer en el exilio durante más tiempo, lo que supondría una mayor presión sobre el mercado laboral y los sistemas de protección social de estos Estados vecinos y un aumento del desempleo en muchos de ellos”, aseguró la OIT.
Las importantes perturbaciones económicas y de empleo que afectan a la Federación Rusa están teniendo importantes efectos en Asia Central, especialmente en los países cuyas economías dependen de las remesas de la Federación Rusa, como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.