Rusia y Ucrania siguen ante la mirada del mundo que teme por una Tercera Guerra Mundial. El conflicto entre ambas naciones se mantiene y sus aliados están alerta ante cualquier movimiento en falso para atacar.
Las consecuencias en todos los sectores serán muy graves para las principales potencias, pero también para los países más vulnerables.
La Unión Europea amenzó con intensificar las sanciones en caso de que Rusia no deje en paz a su hermana Ucrania, y hace poco, Alemania, suspendió la certificación del gasoducto Nord Stream 2 (paralizada desde noviembre por no cumplir los trámites regulatorios europeos), luego que Vladimir Putin reconociera las regiones separatistas.
“Y sin esta certificación, Nord Stream no puede entrar en funcionamiento”, aseguró el canciller alemán, Olaf Scholz. El gasoducto lleva el fluído desde Rusia por el mar Báltico hasta Alemania sin pasar por Ucrania.
Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo estar preparada para afrontar un corte abrupto del gas ruso. En caso de emergencia, importaría gas natural licuado.
Ninguno cederá
Las tensiones entre Rusia y Ucrania (con Occidente) llegaron a un punto sin retorno, posiblemente, si solución por vía diplomática.
Sus consecuencias ya son analizadas por especialistas, entre ellos, economistas, que advierten sobre una caída de los sistemas financieros, alza en los precios de las materias primas al contado y sus derivados, pero además un aumento en el gasto de defensa.
El efecto del conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado el colapso de las bolsas y el incremento del oro.
Una situación que podrían empeorar cuando aparezcan más sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
Medios internacionales reseñaron el comunicado de Berenberg, una institución financiera que dijo: “Una guerra rusa contra Ucrania sería una tragedia humana y podría decirse que es la peor amenaza para la seguridad mundial desde la crisis de los misiles cubanos de 1962. El posible impacto económico, financiero y político en Europa podría tener tres etapas: muy corto plazo, medio plazo y largo plazo”.
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Las implicaciones por el caos entre Rusia y Ucrania
El gas natural ha sido el principal foco de este problema generado hace meses. El Kremlin otorga el 45% de las importaciones generales del combustible de la Unión Europea (UE), cuyas almacenadoras están al 35% de su capacidad.
Pero la situación no termina ahí, Rusia se convirtió en el mayor proveedor de carbón y petróleo crudo para la UE.
Cifras indican que Rusia aportó el 47% de hulla a la UE en 2019 (roca sedimentaria orgánica, un tipo de carbón mineral que contiene entre un 80 y un 90 % de carbono) y el 27% en crudo.
Si se suspenden las importaciones desde Rusia, Europa sufriría mayores consecuencias por el aumento del coste de la energía.
La UE puede subsistir hasta abril si Putin suspende el envío de flujo de gas.
La gasolina, la electricidad y otras materias primas lograrían un máximo histórico, afectando las economías de los europeos.