Estados Unidos ha elaborado un plan para enfrentar la inflación, el mayor enemigo de la economía norteamericana. Entre las primeras medidas que ha tomado la Reserva Federal para atajar la desbocada inflación fue incrementar el ritmo de las subidas de las tasas de interés.
Tras esto, la Casa Blanca prepara un paquete de medidas para que el alivi de la inflación comience a sentirse de manera inmediata: La combinación de una política monetaria más restrictiva y unos tipos de interés más altos podría suponer un alivio para los consumidores americanos en los próximos meses.
De acuerdo con eleconomista.es, a corto plazo se espera que la administración Biden suspenda de manera temporal el impuesto federal a la gasolina (18,4 céntimos y 24,4 el diesel) y rebajar parte de los aranceles a China.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aseguró este fin de semana que algunos aranceles sobre China heredados del gobierno de Donald Trump “no tenían un propósito estratégico”.
En este sentido dijo que el presidente Joe Biden los estaba revisando como una vía para reducir la inflación. Yellen, en declaraciones a ABC News, aseguró que “todos reconocemos que China se involucra en una serie de prácticas comerciales desleales que es importante abordar, pero los aranceles que heredamos, algunos no tienen un propósito estratégico y aumentan los costes para los consumidores”.
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No obstante, los economistas del Peterson Institute for International Economics no son tan optimistas respecto al impacto de la bajada de los aranceles en la economía americana. Megan Jogan y Yilin Wang, investigadores del PIIE, publicaban una nota en junio en la que aseguraban que “el efecto directo de eliminar los aranceles sobre las importaciones de China reducirían la inflación a través del IPC en 0,26 puntos porcentuales.
Sin embargo, las empresas estadounidenses podrían sus márgenes para competir con esas importaciones, entonces el impacto competitivo de rebajar los aranceles de China podría conducir eventualmente a una reducción de alrededor de 1 punto porcentual en la inflación”.
La Administración Biden también tiene en mente una subida de impuestos que, por un lado, ayude a enfriar la demanda y a reducir el déficit fiscal (también es inflacionario), por otro, genera una redistribución de la renta más igualitaria en EE UU.