Amir Nasr-Azadani es un futbolista iraní del club Iranjavan, que está condenado a muerte en su país por “enemistad por dios”.
Según informa Iran Human Rights, está acusado en un caso por la muerte de tres miembros de las fuerzas represivas en Isfahan el pasado 16 de noviembre. Lo acusan de rebelión armada, pertenencia a un grupo ilegal con la intención de perturbar la seguridad nacional y reunión para cometer delitos contra la seguridad, equivalentes a enemistad contra dios.
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Todo mientras se jugaba el Mundial de la FIFA Qatar 2022, en otro país árabe. Pero el ente rector del fúbol en el planeta, no ha emitido ninguna pronunciación, simplemente ha quedado en un silencio lamentable y criticable.
En ese país autocrático, la “policía moral” del régimen decide a como quiere y sobre que. Ya colgó a Majidreza Rahnavard y antes había ejecutado a Moshen Shekari, ambos por protestar la ejecución de Mahsa Amini, una mujer que fue asesinada por no llevar bien colocado el velo islámico.
FIFPRO apoya a Amir Nasr-Azadani
FIFPRO, la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales, emitió un mensaje antes de la final del Mundial señalando que “FIFPRO está conmocionado y asqueado por las noticias de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”.
