Cientos de neoyorquinos antivacunas salieron a las calles este lunes para reclamar sus libertades y exigir respeto a su decisión de no vacunarse contra la covid-19 sin amenazas sobre su futuro laboral.
Un mandato de la ciudad de Nueva York establece que los empleados públicos que no se vacunen antes del 11 de febrero serán despedidos.
“El 11 de febrero nos van a despedir si no nos ponemos la vacuna. Eso incluye a un grupo de 1000 bomberos y paramédicos que tienen exenciones religiosas o médicas que aún no han sido aprobadas”, dijo una de las manifestantes en Brooklyn.
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Los empleados públicos antivacunas alegan que es inconstitucional el mandato obligatorio de vacunación y que no es justo perder décadas de trabajo por una decisión que consideran debería ser individual.
En noviembre, la ciudad de Nueva York suspendió a 9000 trabajadores esenciales, incluidos policías y bomberos, por negarse a vacunarse.
Ahora, un promedio de 4000 personas están en riesgo de ser suspendidos sin salario y de perder sus cargos de forma permanente si no deciden mantener activo su seguro médico antes de la fecha límite.