El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aclaró que la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense no es absoluta, en respuesta a quienes defienden la compra y el porte de armas sin restricciones.
“La Segunda Enmienda no es absoluta. Cuando se aprobó, no podías tener un cañón, no podías tener ciertos tipos de armas”, dijo en medio de un nuevo debate sobre la regulación de armas tras la masacre de Uvalde.
Biden manifestó estar harto de tener que presenciar tiroteos en el país y reclamó a los republicanos en el Congreso por negarse a llevar a discusión la regulación de armas de fuego, en especial las de alto calibre.
“Cuándo, en el nombre de Dios, haremos lo que se debe hacer para, si no parar por completo, cambiar fundamentalmente la magnitud de la carnicería que ocurre en este país?”, cuestionó.
“Estoy harto y cansado, simplemente estoy harto y cansado de lo que está pasando y sigue pasando”, agregó.
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El demócrata reconoció que regular la compra y porte de armas no acabará con las matanzas en el país, pero aseguró que tendrá un impacto significativo y ayudará a salvar vidas.
Biden condenó a los fabricantes de armas por poner a disposición del público en general armas altamente letales, como el rifle de asalto que usó Salvador Ramos para asesinar a 19 niños y dos adultos en un escuela en Uvalde, Texas.
“En nombre de Dios, ¿para qué necesitas un arma de asalto excepto para matar a alguien? Los fabricantes de armas han pasado dos décadas comercializando agresivamente armas de asalto que les otorgan la mayor y mayor ganancia”, rechazó.
Durante 2020, la tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos se incrementó 35%, la cifra más alta en los últimos 25 años.
Desde que llegó a la Casa Blanca, Biden ha tomado varias medidas para regular el acceso a las armas, pero normas más estrictas y con un mayor impacto deben decidirse en el Congreso, donde el ala republicana defiende la Segunda Enmienda, que protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas.