Con maquinaria pesada se encuentran realizando trabajos en la zanja que divide Colchane con Pisiga, Bolivia, en la frontera norte de Chile. El proceso cuenta con logística del Ejército chileno.
De acuerdo al ministro del Interior, Rodrigo Delgado, son trabajos de mantenimiento. “Es una mantención de una zanja, que tiene algunos poco más de 100 metros tal vez de extensión. Una zanja que ya existe hace varios años y que con el paso del tiempo las personas que se dedican al contrabando o al ingreso clandestino han ido logrando poner ciertos puentes e infraestructura para poder pasar de manera más cómoda”, dijo.
De acuerdo a la información la maquinaria va a despejar la estructura que da acceso a los inmigrantes ilegales.
La instalación de zanjas en los pasos fronterizos comenzó en 2017, bajo el gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet.
Pese a la militarización de la frontera y una nueva ley migratoria que permite «devoluciones en caliente», cientos de personas ingresan de forma irregular al país a través de esta ruta. De acuerdo a un recuento del teniente de Carabineros Angelo García se han reconducido a 931 inmigrantes que han intentado ingresar al país. De ellos, 231 son menores de edad.
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En el último año, más de 20 personas fallecieron intentando cruzar el inclemente altiplano hacia el poblado de Colchane.