Estados Unidos calificó como un crimen de guerra el ataque ruso a la planta nuclear en la ciudad ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa.
“Es un crimen de guerra atacar una planta de energía nuclear. El bombardeo de Putin de la planta nuclear más grande de Europa lleva su reinado del terror un paso más allá“, condenó la embajada estadounidense en Kiev.
En una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, el presidente Joe Biden instó a Rusia a cesar sus ataques en la zona y permitir a los bomberos controlar el fuego que se desató luego del bombardeo.
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Aunque el ataque fue violento, el Pentágono confirmó que no se registraron daños que ocasionaran filtraciones en la central atómica.
El bombardeo en la planta nuclear encendió las alarmas mundiales y Zelensky acusó a Vladimir Putin de querer repetir la tragedia de Chernóbil en la década de los 80. La planta, en la que aún permanecen activos varios reactores, fue tomada la semana pasada por el ejército ruso.