El país político no cambia y así le va. Ayer, un 22 de diciembre con olor a compras nerviosas, el G3 inició el proceso para el cese del interinato de Juan Guaidó, en una accidentada asamblea por Zoom, sin consulta con las bases, con los miembros de la oposición real de calle, con los gremios, con nosotros los medios y con la comunidad internacional.
Así como cuando el régimen nos da un golpe parlamentario, un arbitrario anuncio de cambio de magistrados, y pare usted de contar, en pleno diciembre, cuando estamos atendiendo asuntos familiares, y la mayoría de los medios han dado vacaciones a su personal, para que pueda descansar y ver a sus seres queridos.
Un poco de por favor! En serio por Zoom? Parecen cosas como de una mala asamblea de vecinos.
La flojera es tremenda. La pereza es evidente. Un asunto tan harto complejo, no se puede dejar a la ligera, a una reunión navideña por Zoom, que termina en puñalada trapera por la espalda, en ajuste de cuentas, en venganza fría servida en un plato de lentejas recalantadas, que parece una broma pesada como del 28 de diciembre.
No en balde, la moción será ratificada el 29, de modo que por poco no lo hicieron el 28. Haberlo hecho en público, en un acto serio, a principios de diciembre, en noviembre, a principios de enero. Con las fuerzas vivas en capacidad de conversarlo y meditarlo. No un 22 de diciembre por Zoom.
Así lo comentó Orlando Viera Blanco, columnista de Observador Latino:
Con 72 votos a favor, 23 en contra y 9 abstenciones, @AsambleaVE
aprueba en 1ra.discusión proyecto de Estatuto que rige la Transición hacia la democracia que pretende dejar sin efecto G.E de @jguaido. Un error histórico y constitucional que deberá evaluar comunidad internacional.
El país de notables e intelectuales, de reporteros y analistas, ha recibido con sospechas y dudas el proyecto, no solo por la fecha en que se plantea, sino por su naturaleza de ir contra el espíritu de la propia constitución, al designar una comisión para la administración de los activos.
Porque en el fondo, el proyecto va de ello: de cómo PJ, Nuevo Tiempo y AD le ponen la mano a lo que queda de una partida, que han usufructuado indirectamente durante la transición, pero que ahora desean controlar de facto, para el beneficio de sus macollas, partidos y cogollos.
Por igual, se considera que la medida beneficiaría al régimen, por aquello de que divide y vencerás.
Por supuesto, se trata de la crónica de una muerte anunciada. La continuidad del interinato lleva tiempo siendo discutida en Venezuela, por no lograr los objetivos del mantra, por las acusaciones de corrupción y por devenir en una burocracia que aprendió a cohabitar con la dictadura, sirviéndole de coartada, de chivo expiatorio y de tonto útil.
Así y todo, para los expertos, es preferible conservar la continuidad del interinato, con el fin de seguir honrando los compromisos internacionales ganados. Pronto sabremos qué tendrá que decir Estados Unidos al respecto y si acompañará al G3, en su proyecto de desbancar a Voluntad Popular.
El 29 de diciembre conoceremos el desenlace de una historia que no escribimos nosotros, que se bajó como un guion, como una agenda cocinada entre tres partidos políticos, desuniendo a la asamblea que ganamos todos en el 2015. Mínimo merece que se nos pregunte, que se nos consulte. Esperemos que prive la razón y que futuras primarias, puedan enderezar el rumbo de un 2023 que ya empezó mal.