El actor Bradley Cooper estuvo cerca de retirarse de la actuación por un particular motivo: sus directores favoritos no querían trabajar con él.
Sin embargo, la película Licorice Pizza le devolvió las ganas de interpretar un papel en una cinta. Así lo reveló en una reciente entrevista con Variety.
“La razón por la que no renuncié a la actuación fue Paul Thomas Anderson. Cuando me llamó para que pudiera tener un papel en su película pensé: ‘Creo que abriría una puerta en su filme’. Haría cualquier cosa”, dijo el artista semanas antes del estreno de la cinta.
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En este sentido, comentó: “Cuando la filmación de El callejón de las almas perdidas se puso en pausa por el covid pude dejarme crecer la barba para interpretar a Peters. Los productores rezaban para que no me contagiara porque eventualmente íbamos a retomar el rodaje de la película de Guillermo del Toro. Pero no había forma de que no participara en Licorice Pizza. Fue la primera filmación en ponerse en marcha en Hollywood y mis escenas se hicieron al comienzo del rodaje. Pasé tres semanas y media con Paul viendo todas las pruebas de cámara y con él enseñándome todo sobre lentes y cámaras que yo no sabía. Fue increíble”.
Más revelaciones de Bradley Cooper
En esta conversación también recordó otras producciones: “Desde que hice Francotirador me coloqué en la posición de poner en marcha mis propias películas. En ese caso compré los derechos del libro, trabajé con Clint Eastwood para desarrollarlo y con su dirección completé el circuito creativo desde la idea hasta la película terminada. En el caso de Nace una estrella fue un paso más en esa dirección. Comenzó con la idea de querer hacer algo con música y tal vez ser músico y contar una historia de amor”.
Asimismo, dijo: “Detrás de eso, claro, estaba el hecho de que los directores que yo admiraba no me convocaban”.
En las revelaciones que hizo a Variety, Bradley Cooper también contó: “El callejón de las almas perdidas es un interesante ejemplo de lo inseguro que soy porque aunque tenía la intención de actuar solo en las historias que yo escribiera cuando Del Toro me llamó, después de que Leonardo DiCaprio se bajara del proyecto, me di cuenta de que todavía era esa persona que quería pertenecer. De repente un director que no había pensado en mí como su protagonista estaba interesado en trabajar conmigo. Por supuesto que tenía que decir que sí porque nunca antes me habían aceptado en ese grupo. Fue una mezcla de inseguridad y ego. Por suerte terminó siendo una experiencia maravillosa”.