El éxito de Radio Rochela fue producto de factores y condiciones que no existen en dictadura, que solo fueron posible en democracia: libertad de expresión para criticar al poder con humor, un canal y una industria publicitaria capaz de sostener el proyecto por décadas.
Una serie de talentos irrepetibles, en interpretación y escritura de los guiones, que fueron formados en las mejores universidades del país.
La intelectualidad rancia nunca supo entender la comicidad del programa, y siempre lo condenó desde la tribuna de la superioridad moral. Un prejuicio típico de una izquierda superada por la historia.
No es el caso de Radio Rochela, un programa que merece reivindicarse en tiempos oscuros, donde la censura reina.
Otro de los contenidos que extrañamos, y que hicieron escuela.
Un imprescindible de los lunes por RCTV.
De ahí salieron Emilio, Cayito, Laureano, Sicilia y tantos otros que nos alegraron el día.
Obvio que el progresismo y la corrección política, han buscado denostarlo y cancelarlo.
Pero han generado el efecto contrario. Por eso la gente sigue extrañando a Radio Rochela.