“Minions 2” funciona más como bomba de gags en su primera hora que como historia independiente de su original. Así y todo, los niños la aman. Me quedo con su tributo anárquico a Kill Bill y al cine animado de Tex Avery, en un cartoon cuya virtud es no tomarse en serio.
Una comedia absurda para olvidarse de los problemas y celebrar la vigencia de un arte no tan bien valorado como el que honraron los maestros del slapstick: Chaplin, Loyd, Keaton, Tati, Carrey. Un non sense llevado al extremo por la gente de “Ilumination”, que huye del canon Pixar.
Un filme que seguramente una crítica boomer verá con ojos de desprecio, tildándolo de bobo, pero que aprecio en su recuperación del instinto infantil, aparentemente inocente, pero con un doble sentido de irreverencia.
Lo mejor: los Minions. Lo peor: que su guion parece escrito por un minion y fabricado por un villano favorito para complacer al mercado Chino.
Palabras textuales de Malena Ferrer.