Por Jackeline Da Rocha.
Hace unos meses estrenó en Apple TV la serie Severance sin mucha bulla. Rápidamente se convirtió en la bandera de la plataforma; la han tildado “la mejor serie dramática” en el servicio de streaming. Con un toque de sci-fi, un toque de terror y muchísimo suspenso, no cabe duda de que quienes la recomiendan han dado en el clavo.
Gira alrededor de Mark Scout (interpretado de Adam Scott de Parks and Rec), quien lleva una vida doble, como sus compañeros de trabajo. Todos ellos han sido sometidos a un proceso llamado severance (en español, separación) que generalmente es un término utilizado para indicar liquidación o el pago al final del trabajo (indemnización por despido). En este universo, sin embargo, es el nombre de un proceso conocido en la industria laboral que implica la separación virtual de la vida en el trabajo y la vida personal. Los empleados nuevos que hayan firmado este acuerdo son aclimatados mediante un chip que se activa cuando entran a su oficina, así de simple. La persona dentro de la empresa no tiene memoria ni conocimiento de cómo es su vida fuera de ella. No sabe si conoce a sus compañeros, no sabe qué cosas le gustan, no sabe si es una persona buena o mala. En el caso de Mark, no sabe que su esposa trabaja con él y, peor aún, que está viva.
Esta dualidad es demasiado fuerte para algunos de los personajes que pretenden recobrar sus memorias -como Petey- o quienes intentan poner fin a todo -como Helly-.
Irónicamente, en su trabajo tampoco están seguros de sus responsabilidades y el período de inducción e indicaciones de logros son altamente confusos. Poco conocen a empleados de otros departamentos y pronto descubren que es porque así lo quiere su empresa. Lumon Industries, especialistas en todavía no sabemos, son los principales defensores del proceso de separación y anclan toda su filosofía laboral en la personalidad del fundador y su familia, sin saber que ellos mismos se estarán dando un golpe bajo a final de temporada.
Francamente, si empiezan a verla no van a poder dejar de pensar en seguir.
