El Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos, Fed, volvió a subir las tasas de interés en un 0,75% en un intento desesperado por frenar la inflación, que alcanzó el mes pasado 9,1%, la más alta desde 1981.
Este es el tercer aumento que el banco central estadounidense anuncia este año como parte de una estrategia para bajar la inflación pero que hasta ahora no ha arrojado los resultados esperados.
“Los indicadores recientes de gasto y producción se han suavizado. No obstante, la creación de puestos de trabajo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja”, reconoció el presidente de la Fed, Jerome Powell.
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El nuevo aumento de las tasas de interés afectará los préstamos para comprar viviendas y vehículos, así como los intereses de las tarjetas de crédito, pero se espera que abarate los precios de otros bienes y servicios al desacelerar forzosamente la economía.
La Fed busca lograr el máximo empleo e inflación a una tasa del 2% a largo plazo.
“La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía y presiones de precios más amplias”, indicó Powell.
Estados Unidos está expectante ante una posible recesión económica, que tanto la Casa Blanca como Powell creen que no ocurrirá.