Este martes, 2 de mayo, las delegaciones del Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) iniciaron en La Habana el tercer ciclo de los diálogos de paz, con un llamado a apurar los términos de la búsqueda de los acuerdos definitivos
En el acto participaron los jefes negociadores del gobierno colombiano y el ELN, Otty Patiño y el comandante Pablo Beltrán, respectivamente. También el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en calidad de anfitrión y representante de uno de los países garantes de este proceso.
La cita fue inaugurada por Rodríguez Parrilla, quien agradeció la voluntad de las partes en retomar los diálogos y ratificó la posición de Cuba en relación con la paz en Colombia, con la cual dijo estar comprometido.
A su turno, Beltrán aseguró en sus palabras iniciales que esta ronda es clave para alcanzar un cese al fuego y subrayó que los miembros del ELN están “comprometidos con las transformaciones para la paz”.
En ese sentido, el comandante guerrillero afirmó que “Tenemos plena disposición y voluntad para llegar al cese al fuego y a la participación de la sociedad”.
En respuesta, por parte de la delegación oficial del Gobierno colombiano, la senadora María José Pizarro Rodríguez, abogó en la instalación por “un avance sustancial y definitivo en la agenda acordada”, buscando un proceso de paz “irreversible”.
Los diálogos entre el Gobierno colombiano y el ELN comenzaron en noviembre en Caracas, donde se acordó promover alivios humanitarios en algunas de las regiones más golpeadas por el conflicto armado.
El segundo ciclo, celebrado entre febrero y marzo en Ciudad de México, concluyó con el reconocimiento por parte del Gobierno del estatus político al ELN como “organización armada rebelde” y el registro de “avances” de cara a alcanzar un acuerdo para un cese al fuego bilateral.
En la tercera ronda en La Habana, que se prevé que dure en torno a un mes, se hablará del cese al fuego bilateral, los alivios humanitarios y la participación de la sociedad civil en el proceso de paz.
A diferencia de las extintas FARC, el ELN no tiene un mando tan centralizado, lo que hace más difícil las negociaciones y el respeto de los ceses el fuego. Actualmente, el grupo armado opera en más de 200 municipios de Colombia y podría tener entre 2.000 y 4.000 integrantes, según las autoridades.