El presidente del país, Guillermo Lasso, decidió este miércoles disolver el Congreso y convocar a elecciones generales.
Esta decisión del mandatario, utilizando un mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada”, se produce en medio del juicio político iniciado en su contra por acusaciones de malversación de fondos públicos, algo que Lasso ha negado y calificado como una maniobra política para desbancarlo. La “muerte cruzada” permite al jefe de Estado disolver la Asamblea Nacional en tres escenarios: si considera que los legisladores están obstaculizando su capacidad para gobernar, por grave crisis política y conmoción interna, y cuando -a su juicio- el poder legislativo se arrogue funciones que no le competen.
La medida obliga a adelantar las elecciones legislativas y presidenciales. Mientras tanto, Lasso gobernará por decreto durante seis meses, en ese tiempo se espera que anuncie si aspira a la reelección.
En un discurso al país por la cadena nacional, Lasso ha acusado al Parlamento de tener “como proyecto político la desestabilización del Gobierno, de la democracia y del Estado”.
“Esta es una acción democrática, porque devuelve a los ecuatorianos el poder de decidir su futuro”, aseguró.
La medida de muerte cruzada, incluida en el artículo 148 de la Constitución, establece que el presidente puede disolver la Asamblea una sola vez en los primeros tres años de Gobierno.
Respaldo del ejército
Las Fuerzas Armadas han mostrado su respaldo a la decisión y han asegurado que actuarán “con firmeza, para proteger a la Patria y a los ciudadanos” en caso de que se produzca algún atentado contra la democracia, anunció Nelson Proaño, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
La Conaie, que representa a los indígenas, y que había advertido de que saldría a las calles en caso de que se decretara la muerte cruzada, ha convocado a un consejo para decidir si se movilizan o no.
A pesar de lo excepcional de la situación, Lasso pretende seguir con normalidad con su Gobierno.
Reacciones
Minutos después del anuncio de Guillermo Lasso, el expresidente de Ecuador Rafael Correa se prenunció respecto a la decisión de decretar la muerte cruzada.
“Lo que Lasso hace es ilegal. Obviamente no hay ninguna conmoción interna. Tan solo no pudo comprar suficientes asambleístas para salvarse”, afirmó Correa en Twitter.
Correa insistió “en que en todo caso, es la gran oportunidad para librarnos de Lasso, de su Gobierno y de sus asambleístas de alquiler, y recuperar la Patria”.
or su parte Paola Cabezas, asambleísta nacional por UNES, recalcó que “el mandatario ecuatoriano debe dejar su carga hace mucho tiempo”.
“Nosotros hemos considerado al gobierno del presidente Guillermo Lasso como un fraude democrático”, dijo en una entrevista para NTN24.
Cabezas agregó que “el contexto en el que el presidente Lasso anuncia su decisión es antiético ya que él tenía la certeza de que existían más de 92 votos para su destitución y censura”.