El gobierno de Italia acordó una batería de nuevas medidas para contener la expansión de la variante ómicron entre las que figura la vuelta de las mascarillas en espacios abiertos y la reducción de la vigencia del pasaporte covid-19, el día en que el país registró el peor dato de contagios de toda la pandemia, más de 44.500.
El primer ministro, Mario Draghi, se reunió por la mañana con algunos miembros del Ejecutivo para pactar el marco general de restricciones que estará en vigor en Navidades, en un momento en el que los contagios siguen subiendo en Italia.
Las autoridades sanitarias notificaron este jueves 44.595 nuevos casos de covid-19, un dato sin precedentes desde el inicio de la pandemia y que incluye cerca de 13.000 positivos en la región de Lombardía, cuya capital es Milán. Además, el dato global de fallecidos se actualizó con 168 víctimas mortales más.
En lo que se refiere a las mascarillas, volverán a ser obligatorias en el exterior, mientras que se exigirá una FFP2 en lugares cerrados como cines, teatros e instalaciones deportivas, así como en el transporte. El Ejecutivo debate también si limitar los precios de las mascarillas FFP2 ahora que quiere fomentar su uso, según la televisión pública.
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Las grandes celebraciones públicas quedarán prohibidas hasta el 31 de enero, mientras que la asistencia a fiestas de Nochevieja en discotecas estará condicionada a que la persona haya recibido una dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 o presente un test negativo.
El ejecutivo que dirige Draghi también quiere acelerar la campaña de vacunación y para recibir la dosis de refuerzo bastará con que hayan pasado cuatro meses desde la inyección anterior, en lugar de cinco. El pasaporte covid-19, clave para acceder a un gran número de sitios en Italia, será válido únicamente durante seis meses, tres menos que hasta ahora.
Draghi reconoció que la aparición de la variante ómicron llevó la pandemia a una “nueva fase”, aunque descartó la adopción de medidas tan drásticas como en la primera ola de contagios, cuando se aprobó un confinamiento masivo. Tampoco se contemplan límites en las reuniones familiares de estas fiestas, como sí ocurrió en 2020.