El dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha estado “enviando señales” a la administración Biden, pero Washington no aliviará las sanciones sin pasos concretos hacia elecciones libres, dijo a Reuters un alto funcionario de la Casa Blanca
Los comentarios parecían dirigidos a amortiguar las especulaciones de que el presidente Joe Biden podría comenzar a aflojar las presiones a Venezuela en respuesta al acuerdo de Maduro de permitir que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) comience a operar en el país, así como la decisión de otorgar arresto domiciliario a los seis ex ejecutivos de Citgo, empresa petrolera con sede en EE UU, en aparentes gestos de buena voluntad.
La nueva administración todavía está revisando las sanciones paralizantes impuestas por el predecesor de Biden, Donald Trump, y los asesores de Biden han dejado en claro que no tienen prisa por relajar la presión sobre Maduro, a quien catalogan de dictador.
“Con base en acciones concretas, responderemos”, dijo el funcionario. “Pero de lo contrario, continuaremos trabajando con socios internacionales para aumentar la presión de manera multilateral hacia ese objetivo de elecciones libres y justas”.
En lo que fue ampliamente visto como una propuesta para Biden, Maduro llegó el mes pasado a un acuerdo con el PMA para suministrar alimentos a 185.000 escolares que sufren una crisis humanitaria provocada por el colapso económico.
Recientemente, Venezuela liberó de la cárcel a los llamados “Citgo 6” y los colocó bajo arresto domiciliario, más de tres años después de que fueran arrestados por cargos de corrupción. Washington acogió con satisfacción la medida, pero reiteró su exigencia de su plena libertad.
“Estamos monitoreando esos desarrollos muy de cerca”, dijo el funcionario. “Estamos viendo que Maduro está enviando señales pero nuevamente vamos a actuar en base a acciones realmente concretas”.
La administración de Biden ha dejado en claro que continuará reconociendo al líder de la oposición Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Docenas de países han respaldado el reclamo de Guaidó luego de la reelección de Maduro en 2018 en una votación que los gobiernos occidentales calificaron de farsa. Pero Maduro ha conservado el apoyo de los militares, así como de Rusia, China y Cuba.
Biden también parece tener poco sentido de la urgencia de los gestos hacia Cuba a pesar de las esperanzas de un enfoque más suave después de que Trump hizo retroceder la distensión de la era de Obama con La Habana.
El funcionario dijo que Biden sigue comprometido con las promesas de aflojar el flujo de remesas de los cubanoamericanos y aliviar las restricciones sobre los viajes familiares a la isla gobernada por los comunistas, pero se negó a decir cuándo podrían ocurrir tales movimientos y dejó en claro que cualquier cambio en Cuba no estaba entre las prioridades máximas de la administración.