Un informe de la Misión Internacional de Investigación creada por Naciones Unidas para Venezuela acusa a los jefes de los servicios de inteligencia civil y militar del país de haber cometido crímenes de lesa humanidad para reprimir a la oposición
Señala el texto que las acciones de estos cuerpos de inteligencia fueron ordenadas directamente por el presidente Nicolás Maduro y sus colaboradores.
“Nuestras investigaciones y análisis muestran que el Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual”, denunció Marta Valiñas, presidenta de la Misión Internacional Independiente.
Y agrega: “El presidente Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel fueron los artífices en el diseño, implementación y mantenimiento de una maquinaria para reprimir a la disidencia”.
La misión documentó casos de 122 víctimas sometidas a tortura, violencia sexual y a otros tratos inhumanos en los centros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), especialmente en su sede principal en Caracas (conocida como Boleíta) y 51 por parte de agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), principalmente en el Helicoide, contra opositores, periodistas, manifestantes y activistas.
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Entre los métodos de tortura utilizados figuran “palizas con objetos, descargas eléctricas, asfixia con bolsas de plástico y posiciones de estrés, así como formas de tortura psicológica, como la ‘tortura blanca'”, detalla el texto.
“Los actos de violencia documentados no fueron realizados por individuos aislados y sin conexión actuando solos dentro del Sebin y la Dgcim. Estas violaciones, que constituyen crímenes de lesa humanidad fueron parte de una política deliberada del gobierno para silenciar, y sofocar a la oposición”, enfatiza el informe.