La anticipación del discurso de exaltación al Salón de la Fama de David Ortiz fue algo palpable en el pequeño pueblo de Cooperstown toda la semana.
El domingo, “Big Papi” no decepcionó para nada, con un estilo inédito de mezclar el inglés con el español y deleitando a las decenas de miles de aficionados instalados al lado del Clark Sports Center.
El dominicano Ortiz, el primer bateador designado elegido en su primera oportunidad en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica, habló de su país, su familia, sus managers y coaches, los Mellizos y, por supuesto, los Medias Rojas.
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“Gracias Dios, por darme las fuerzas todos estos años para mantenerme fuerte y con los pies sobre la tierra, con todos los altibajos y los sacrificios que tuve que hacer para estar aquí con ustedes hoy”, dijo el autor de 541 jonrones y OPS de por vida de .931 en 20 temporadas de Grandes Ligas, en las que ayudó a los Medias Rojas a ganar sus primeros tres títulos de Serie Mundial desde 1918, según reseñal David ven de Las Mayores. “Éste es un día increíble, un honor increíble”.
Ortiz en español
Entre los exaltados al Salón de la Fama de habla tanto inglesa como hispana, la norma había sido hablar primero en inglés y luego español. Pero Ortiz rompió el molde, cambiando de un idioma a otro con un estilo leve, divertido e informal, hasta el punto de saludar a “todos los tigres míos que andan por ahí”.
“Mi gente en la República Dominicana, mi tierra. La tierra que me vio nacer”, continuó Ortiz, quien se retiró tras la campaña del 2016. “Gracias por su gente que me ha acogido siempre como uno de sus hijos favoritos y me ha brindado su apoyo, paso tras paso a través de mi carrera.
“Gracias por mi Quisqueya la Bella. Nada comparado con eso”.
También le guardó algunas palabras a los Estados Unidos, país al que vino en 1992 cuando fue firmado por los Marineros a los 16 años y del que es ciudadano ahora.
También el domingo, fueron exaltados los cubanos Tony Oliva y Minnie Miñoso — éste póstumamente –. Oliva y Miñoso fueron parte de un grupo de seis figuras seleccionadas por comités de las eras. Los otros fueron Jim Kaat, compañero de Oliva con los Mellizos de Minnesota; el ex astro y manager de los Mets Gil Hodges; y Buck O’Neil y Bud Fowler, ambos pioneros de las ligas negras.