El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo nuevamente en el segundo trimestre del año, lo que implica que el país entró en una fase de recesión económica, al menos técnicamente.
De acuerdo con la Oficina de Análisis Económico (BEA) el PIB se contrajo 0,9%, y aunque fue una caída mucho más baja que la del primer trimestre, de 1,6%, no supone una mejoría para la economía del país.
La disminución del PIB real reflejó disminuciones en la inversión privada en inventario; la inversión fija residencial; el gasto del Gobierno federal; el gasto del Gobierno estatal y local; y la inversión fija no residencial, que fueron parcialmente compensadas por aumentos en las exportaciones y los gastos de consumo personal, explicó la oficina.
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La Casa Blanca ha intentando calmar los temores con respecto al decrecimiento de la economía nacional, señalando que además de la caída del PIB, del aumento de la inflación y las tasas de interés, hay otros factores que influyen, como la tasa de desempleo.
De acuerdo con la Administración demócrata, la tasa de desempleo se ha mantenido en un nivel históricamente bajo de 3,6% en los últimos cuatro meses, un indicador de que la economía sigue creciendo y no está en recesión.
“Las probabilidades de recesión nunca son cero, pero las tendencias en los datos durante la primera mitad de este año utilizados para determinar una recesión no indican una recesión”, dijo la Casa Blanca en días pasados.