Dos fuertes explosiones, con edificios afectados, se sintieron la madrugada de este viernes en la capital Kiev, en lo que es el segundo día de la operación militar de Rusia en Ucrania.
“Disparos horribles de misiles rusos sobre Kiev”, denunció el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba. El ejército de Ucrania confirmó que se trataba de “disparos de misiles” rusos contra la capital y que dos de ellos habían podido ser interceptados en pleno vuelo.
En medio de la confrontación, el presidente ruso Vladimir Putin respondió a su par ucraniano que está dispuesto a enviar una delegación a Minsk, capital de su aliado Bielorrusia, para negociar un alto al fuego.
“El presidente ruso Vladímir Putin en respuesta a la propuesta Volodímir Zelenski, está dispuesto a enviar a Minsk una delegación a nivel de representantes de los Ministerios de Defensa, de Exteriores y de la Administración presidencial para negociaciones con la parte ucraniana”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por la agencia Interfax.
Sin embargo, Peskov añadió que, para sentarse, Ucrania debería declarar un “estado neutral”, lo que incluiría su “desmilitarización”. Rusia pretende que Ucrania renuncia a unirse a la OTAN.
La ofensiva militar ha dejado ya 137 muertos, 316 heridos y 100.000 desplazados, según cifras del gobierno ucraniano.
Muchos de los habitantes de la capital ucraniana y de Járkov se han refugiado en estaciones de metro y búnkers ante el temor de ataques aéreos rusos. En otras partes de Ucrania, un gran número de civiles están en movimiento, huyendo de los combates y el avance de las fuerzas rusas.