lunes, junio 5, 2023
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Positivismo tóxico: el peligro del exceso de optimismo

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El pensamiento positivo ha sido resaltado durante décadas en libros. Pruebas demuestran que puede contribuir a mejorar la salud mental. No hay nada de malo en ello, pero puede volverse peligroso para nuestro bienestar y salud mental cuando transformamos el positivismo en una conducta tóxica.

La tendencia a ocultar sentimientos incómodos o reprimir lo que sentimos en momentos de crisis nos hace más daño de lo que podemos imaginar.

¿Qué es la positividad tóxica?

La positividad tóxica es la obligación de permitirnos únicamente actitudes y sentimientos positivos. Desde la creciente onda del New age de finales de los 80 hasta el auge de los motivadores personales y de gurús de la meditación, durante la última década, son incontables las formas en que resultó propagándose la llamada “psicología positiva” (que inauguraría Martin Seligman).

Muchas de estas prácticas han favorecido un estilo de vida optimista y han ayudado a algunas personas a enfrentar las dificultades de la vida. Sin embargo, la banalización de las terapias positivas, la simplificación del discurso optimista y, claro, la correspondiente mercantilización de “la buena onda”, del “carpe diem” o del “good vibes devinieron en un problema riesgoso: la presión generalizada por ser totalmente positivos, en toda situación, siempre

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Según el explicó a BBC Mundo el psicólogo Antonio Rodellar, no podemos obviar ni ignorar toda la gama de sentimientos y emociones humanas, incluidas las que no parecen positivas, como la tristeza, la frustración, la rabia, la envidia, la ansiedad, etc, puesto que estas emociones también nos ayudan a sobrellevar la vida y a comprender el mundo que habitamos, nos protegen, nos guían y nos alertan. Despreciarlas es un grave error, muy propio de las modas culturales, pero muy poco conveniente para nuestro bienestar integral.

Diferencia entre positividad y optimismo

La positividad, pensar en ser una persona positiva, puede ayudar a disminuir los niveles de estrés y mejorar el bienestar general. Las emociones positivas como la felicidad, la esperanza y la inspiración pueden ser buenas para la salud emocional y cognitiva.

El optimismo, por otro lado, está arraigado a la realidad, no enmascara las circunstancias, pero sí las juzga en su aspecto más favorable. Nos da espacio para reconocer (y eventualmente aceptar) que las cosas no van bien, pero que existe la posibilidad de mejorar en el futuro.

Señales de una positividad tóxica

  • Ocultar o enmascarar sus verdaderos sentimientos
  • Tratas de “seguir adelante” ignorando o descartando una o varias emociones
  • Se siente culpable por sentir lo que siente
  • Minimizas las experiencias de otras personas con citas o declaraciones que te hacen sentir bien
  • Tratar de darle otra perspectiva (por ejemplo, “podría ser peor”) en lugar de validar tu experiencia emocional
  • Avergüenzas o castigas a otros por expresar frustración o cualquier otra cosa que no sea positividad
  • Ignoras las cosas que te molestan con un “es lo que es”

Positivismo tóxico: frases

  • • «Sólo buenas energías»
  • «Mira el aspecto positivo»
  • «Agradece siempre lo que tienes»
  • «No seas tan negativo”
  • «Hay un resquicio de esperanza»
  • «Sé optimista»
  • «Deberías estar agradecido»
  • «Siempre podría ser peor»
  • «Las cosas siempre salen bien»
  • «Hay muchos más peces en el mar»
  • «Todo estaba predestinado»
  • «Sólo mira el lado positivo»

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