Boris Romanchenko, de 96 años, murió el viernes en un ataque ruso contra la ciudad de Járkiv, Ucrania. El hombre sobrevivió al Holocausto, pero no a la guerra de Vladimir Putin.
De acuerdo a información del instituto conmemorativo del campo de concentración de Buchenwald, Romanchenko había sobrevivido a los campos de Buchenwald, Peenemünde, Dora y Bergen-Belsen durante la Segunda Guerra Mundial.
La razón de su muerte: el departamento en el que vivía fue alcanzado por un proyectil ruso en medio del asedio a la urbe.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, de origen judío, lamentó la muerte del hombre y pidió a la gente que “piensen en todas las cosas por las que tuvo que pasar”.
Boris Romanchenko nació en 1926 en el pueblo de Bondari, a las afueras de Sumy, ciudad del noreste de Ucrania. Hijo de una familia granjera, tenía 16 años cuando fue detenido por los nazis en 1941, durante la Operación Barbarroja, en la que el Ejército alemán invadió la Unión Soviética. “La guerra nos tomó por sorpresa, ni siquiera pude escapar”, apuntó Romanchenko en una entrevista el año 2004.
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En 1942 fue trasladado a Dortmund, donde fue obligado a trabajar en una mina. Luego de un intento de escape, fue arrestado mientras trataba de tomar un tren, y lo deportaron al campo de concentración de Buchenwald en enero de 1943.
De ahí fue movido a Peenemünde, en la isla de Usedom en el mar Báltico. Ahí, fue obligado a trabajar en el programa que construyó los cohetes V2. Romanchenko también pasó por los campos de concentración de Mittelbau-Dora y Bergen-Belsen.
De Bergen-Belsen, Romanchenko contó haber sido liberado por tropas norteamericanas y británicas el 14 de abril de 1945. Él y otros prisioneros se salvaron así de ser asesinados por los nazis con comida envenenada.