Residente le hace bullying a Balvin, para llamar la atención y vender su imagen, a costa de la humillación verbal del otro. Un comportamiento bastante tóxico el de Calle 13, quien pretende dar lecciones de moral, insultando a un colega. De los dos, preferimos al colombiano.
La industria musical debe evolucionar, no quedarse en los ajustes de cuentas personales, en falsos dilemas. Más que el hate de Residente, necesitamos de encuentros y zonas de reconciliación. Porque hay demasiada guerra en el mundo. Hay que darle chance a la paz y la sanación.
Para nosotros, es simple oportunismo. Tirarle a Balvin que es un blanco fácil y un músico que no se mete con nadie, que anda en su proyecto sin mirar para los lados.
Cuestión de fingir demencia ante el matón y dejar que haga su boxeo de sombras. Veremos qué respuesta da Balvin, que hasta la fecha prefiere evadir la confrontación directa.