La de Kanye West en Netflix, debe figurar en el podio de las docuseries del 2022, logrando derribar tus prejuicios contra el músico, por sus tropiezos, al permitirte entrar en su viaje del héroe, desde el enfoque íntimo de su amigo “Coodie” Simmons, quien lo grabó por 20 años.
Dividida en tres largos tramos de hora y media cada uno, “Jeen-Yuhs” no solo cuenta el ascenso meteórico de una de las estrellas clave del hip hop, sino explica el origen de su bipolaridad, producto de la dificultad para elaborar el luto por la muerte de su querida madre, Donda.



Si Kanye es el protagonista, Donda es la mentora auténtica del artista, su razón de vivir y sonreír, su cómplice en las buenas y las malas. Parte del derrumbe de Kanye, según el docu, procede de su incapacidad de tomarse un tiempo para trabajar el duelo por la muerte de ella.
El otro gran secreto que se guarda la trilogía de Kanye, es descubrir a Clarence “Coodie” Simmons, el colaborador y sidekick incondicional que decide dejarlo todo por documentar a West en su carrera contra el mundo, para demostrar su talento.
Coodie lo filma por dos décadas, consiguiendo unas imágenes milagrosas y epifánicas que nada más pertenecen al género del registro de la realidad, refrendando la importancia de la narrativa de la no ficción.
Un tesoro de material de archivo que la docuserie va mostrando con empatía. De los tres capítulos, el primero y el tercero son los más consistentes. El del medio sirve de pinza y funciona como intro para el cierre conmovedor, desmitificador y demasiado humano.
Increíble para conocer cómo empieza y termina una amistad con una estrella, después de 20 años. La “Boyhood” de Kanye West es una sorpresa del streaming. Y haría palidecer de envidia al Werner Herzog de cualquiera de sus obras maestras en documental.
Una respuesta al materialismo histérico y la superficialidad que impera en el reality show de las Kardashians.
muy bien