Por Jackeline Da Rocha.
Desde sus inicios en la comedia, Jordan Peele ha dejado claro que es un maestro del suspenso y de la escritura de guión. Junto con Keegan-Michael Key ha incursionado exitosamente en el género de terror como escritor, director y productor de obras multimillonarias y que pocas personas no han visto. Bajo su casa productora Monkeypaw, Peele ha dirigido tres films de terror inolvidables.
En Get Out, Chris (Daniel Kaluuya) interpreta al novio de una joven mujer caucásica (Allison Williams) que quiere presentarle a su familia. En su casa de campo, el personal de servicio son personas de color pero no empatizan con Chris en ninguno de sus intentos; de hecho actúan tan extrañamente que él decide tomarle una foto a uno de ellos para enviarle a un amigo. El hombre se escandaliza pero le advierte que escape. El día siguiente la familia recibe muchos visitantes blancos adinerados que secretamente se reunían para subastar el cuerpo de Chris. Su novia lo había manipulado, tal como había hecho con las personas que ahora servían en su casa.
En Us, la familia de Adelaide (Lupita Nyong’o) es atacada por sus propios doppelgangers mientras están de vacaciones. Logran escapar, aunque tan solo para encontrar que el resto del pueblo y de los Estados Unidos ha sido tomado por los dobles genéticos que fueron un experimento fallido del gobierno. Su líder es la doble de Adelaide, Red, quien ya había conocido cuando era pequeña en una casa de espejos. Aparentemente se deshacen de los clones, pero una escena de flashback nos deja ver que Red había atacado a Adelaide de niñas para tomar su puesto.
En Nope, la extraña forma de morir de un ranchero de caballos pasa desapercibida hasta que sus hijos, Daniel Kaluuya y Keke Palmer, se toman la molestia de descubrir el causante que aún los acecha. Una nube blanca inmóvil durante meses es la fuente de sus mayores sospechas. Consiguen un aliado en el técnico de las cámaras que instalan en toda la finca para perseguir un extraño objeto volador que vuelve locos a los caballos y causa apagones masivos. Finalmente descubren a su enemigo en la forma de un platillo volador pero se sorprenden al concluir que es un ser viviente, con instinto y mucha hambre. Cuando intentan engañarlo ataca con más fuerza. Los hermanos consiguen no solo destruirlo sino capturarlo en cámara, que era su principal motivación porque nadie les creía.
En las primeras dos obras sentimos escalofríos al comprender que quienes nos hacen daño pueden ser las personas más cercanas a nosotros o hasta nosotros mismos, en formas antes impensables. En la última, sin embargo, el enemigo existe y es básicamente un animal que no conocemos y no podemos controlar; lo cual precisamente causa la muerte del ranchero que intenta manipularlo para hacer un espectáculo. A pesar de que muchas veces encontremos en otras personas la forma de un enemigo, no deja de ser sorprendente descubrir lo lejos que puede llegar la mente humana siempre que se trate del beneficio propio.
Esperamos que vuelva la penumbra en su producción de stopmotion con Henry Selick (Coraline) anunciada para estrenar en Netflix a finales del mes de octubre.