La dolarización del país puede medirse por los altos precios de los arbolitos de navidad. Dimos una vuelta por Las Mercedes, en CCS, y encontramos las siguientes constantes. Puro pino de plástico, a diferencia de años anteriores. Así, al menos, se protege al ambiente.
Aquí ven uno de los precios más “baratos” o “económicos” que se consiguen, según los estándares de los vendedores. Por lo bajo, los números oscilan entre 100 y 109 dólares.



De igual modo, hay pinos con “descuento” en 91 dólares. Pero es un precio caro si consideramos que en “Mercado Libre” se pueden comprar por hasta quince y veinte dólares. En la foto, otra referencia de uno de los locales más concurridos.



Por lo alto, las personas pagan hasta 300 dólares por llevarse un pino artificial en Las Mercedes. De tal modo se confirma el patrón de las dos Venezuelas: una mayoría que pasa necesidad y otra minoría que adquiere un arbolito artificial por el monto de un mercado para el mes.



En nuestro recorrido, llamó la atención la cantidad de tiendas con los mismos productos importados de navidad, con tamaños colosales. Véase el detalle del Santa de dos pisos. Es el reino del artificio kitsch, como diría Celeste Olalquiaga, para evadirse de la realidad y ocultar.
Un país del disimulo que llamaba Cabrujas, y que hoy vive una fantasía infantil de regreso al modelo saudita que documentó Carlos Oteyza en su película “Miami Nuestro”. La diferencia con el pasado, es que actualmente no hay bonanza económica, salvo para la comunidad de corruptos.