No me refiero a la telenovela Por Estas Calles transmitida por Radio Caracas Televisión y que esperamos que regrese pronto. Me refiero a las calles de Caracas socialista en la actualidad, donde gran parte de las vías presentan grandes huecos en su pavimento, la inmensa mayoría en fase de crecimiento, por un lado debido a la falta de mantenimiento del asfaltado, y vemos así a surcos que al poco tiempo ya son baches que aumentan con los días hasta que un buen día un vecino víctima del hueco lo llena de rocas para evitar volver a perder la punta de eje de su vehículo.
Pero eso aumenta la presión sobre el subsuelo y nacen fuentes de aguas negras por doquier. Otro buen día, pocos por cierto, viene algún organismo del Estado y llena la tronera con piedras y asfalto aprisionado con palas y aplanado con el reverso de ellas lo que garantiza la presencia de pequeñas montanitas de asfalto residuales sobre el nivel del pavimento. Así pasamos de huecos a tuturos de pavimento, lo que genera vibraciones en los carros que transitan por allí. Y no hay cuadra en Caracas que no tenga su respetable tronera y su tuturo cercano.
Aquello de asfaltar de noche un canal de vías completas de calles con aplanadora desapareció en Caracas porque la inseguridad no lo permite. Se roban hasta la aplanadora. Pero no termina allí el viacrucis.
Falta esquivar a los motorizados que andan como alma en pena a toda velocidad, salvo cuando van hablando con otro que también se dedica a transportar comida a domicilio y más allá de las cuitas con el pana responden el teléfono de sus empresas. Incluso se meten en la autopista y van hablando muy campantes entre ellos o con otro amigo deteniendo el tráfico por las vías por las que legalmente no pueden circular cotidianamente, y hasta sin cascos circulan por allí.
Pero falta algo peor que son las camionetotas nuevas blindadas y con vidrios negros que circulan meteóricamente por las calles, se comen las luces de los semáforos, van en contravía si hay más tráfico en su canal de tránsito y no hay abuso que no cometan. Por supuesto que uno presume que son chavistas civiles o no, enchufados o sus hijos que son más abusadores. Si les sale del forro, pasan por encima de las islas y siguen campantes. Pero hablemos ahora de las aceras.
Topamos con tanquillas de los diversos servicios a quienes le falta la tapa y hay que circular a pie con mucho cuidado. Luego están las bolsas de basura negra que dejan los vecinos, pero que son abiertas por los indigentes que buscan alimentos dentro de ellas, dejando además abiertas las fétidas bolsas y el reguero de basura por la acera. La situación es especialmente grave en determinadas zonas otrora elegantes y hoy verdaderos chiqueros donde mal vive gente en sus aceras como en San Bernardino donde se cocina con leña en las aceras.
Luego se topa uno con los quioscos que ocupan toda la acera y a algunos lo único que le falta es el aviso luminoso para competir con Central Madeirense. Hasta gabinetes por departamento tienen ya, y el de mi cuadra hasta dinero presta a los vecinos a un interés mayor, salvo cuando se va a esquiar a Argentina en agosto cuando los vecinos descansamos de él.
La crisis económica producto del socialismo ha llevado a gente de pocos recursos a trabajar en la calle: latoneros, zapateros remendones, vendedores de frutas, brujos, y cualquier otra actividad como barberos que abusan del espacio público proletarizándolo aún más. Esto es la Caracas socialista de la revolución bonita.
