Si eres de los que viste el tráiler de “Spider Man No Way Home” unas diez veces seguidas, puedes pasar adelante, con confianza, sintiéndote como en casa.
También somos parte del fandom, del army del personaje más querido de la fusión entre Marvel y Sony.
Por ello, quedamos picados como tú, después de ver el avance en loop, buscando a los otros dos hombres arañas, que nos habían prometido en el Spiderverse.
De cualquier modo, no todo es tan malo, como lo pintan los apocalípticos y haters de la web, pendientes de bajar línea con sus teorías conspirativas.
En cambio te proponemos una revisión de lo mejor y lo peor del tráiler de la temporada.
Más villanos que en el infierno
El cierre de la trilogía con Tom Holland y Zendaya, tiene toda la pinta, todo el look de ser un descenso a los avernos de la memoria, dentro de un aparente filme de jóvenes súper héroes que cambian el curso de la historia, cual Marty McFly de “Back To the Future”, para salvar al universo del MCU.
Sin embargo, el verdadero cuento que se narra es el de Dante y Virgilio en “La Divina Comedia”, cuando ambos descienden por los añillos del infierno, donde redescubren a las lacras y monstruos que azotaron al mundo, cuyos cuerpos y espíritus malignos terminaron vagando en un limbo, durante el cumplimiento de una condena eterna.
En efecto, el pecado de Peter Paker, de ser dios y jugar con el tiempo a su antojo, trae de vuelta a los famosos siniestros de las anteriores sagas de Spider Man, entre los cuales figuran un Doctor Octupus ahora más empático y aliado, el duende verde que nos sobrecoge con la voz de Willem Defoe, un Sandman que apenas luce como un holograma de arena, el electro de Jamie Foxx con rayos amarillos en lugar de azules y un Lizzard al que tampoco conceden demasiados segundos, capaz los suficientes para activar nuestra imaginación y expectación.
Apenas faltó a la cita, y se extrañó, al viejo Rhino que incorporó Paul Giamatti, siendo una excepción en aquella cinta fallida con Andrew Gardfield, a quien le tocó protagonizar la parte menos célebre de la franquicia, con dos películas desiguales e interrumpidas por su poco futuro comercial.
Su segunda entrega, de hecho, ha sido señalada como el eslabón débil de la cadena, generando cambios drásticos y estratégicos en el rediseño y reseteo del personaje arácnido.
De ahí que surgiera la alternativa de Tom Holland, emparejado con la chica de “Euphoria”, Zendaya, abriéndole cancha a una generación de relevo conectada con las aspiraciones de los centenialls.
Ellos dos, por cierto, alcanzan un grado de química y gracia en el tráiler, que traspasa la pantalla, exponiendo la naturalidad y espontaneidad de su relación, de su comedia física y parlante, con actitud.
Le gastan bromas a los boomers de los Doctores Strange y Octopus, hinchándoles las pelotas y provocándolos al gusto de los youtubers del streaming.
Para no extenderlo tanto, ambos corren peligro de muerte, en diversos tramos del avance, sufriendo explosiones y caídas que anticipan tragedia y drama irreversible.
Alguien tiene que morir, por el bien de la humanidad, es lo que nos sugiere el tráiler.
¿Serán los siniestros, será Peter, será ella?
¿Y si todo es una trampa del Strange perverso de “What If…?”
Las cartas están echadas y existe cualquier posibilidad sobre la mesa.
La cinta propone un ejercicio de redención para algunos villanos, pero Peter tendrá que escoger entre respetar las leyes del multiverso que le exigen eliminar a sus oponentes o salvarlos a todos, acentuando la crisis.
Hagan sus apuestas.
La promesa que no se cumplió
Pero la piedra de toque, el elefante en la sala, el rey desnudo, fue la notable ausencia de los hombres arañas de las versiones de Tobey Maguire y Andrew Garfield.
¿Qué pasó con ellos, si los pronósticos aseguraban que cerrarían el tráiler? ¿Prefirieron ocultarlos o dejarlos para que sean la última sorpresa en la película que se estrena el 17 de diciembre?
Ciertamente, la creación mercadotécnica de los estudios, entendió el valor del spoiler, para generar tráfico y conversación en las redes.
Así que Hollywood, ante el asedio de los hackers y los piratas, prefiere espoiliarse así misma, incluso desde el trailer.
Pero con todo, alguien tienen que comprar las entradas en navidad, pagando las cuentas pendientes de la inversión.
Por tanto, la campaña de intriga se basa en el ocultamiento, en el borrado y en el despiste de los fanáticos, obligándolos a confirmar sus sospechas en la pantalla grande.
Por ende, el gran misterio que queda por dilucidar es si veremos cumplida la profecía de disfrutar de los tres hombres arañas que unieron al mundo, desde la caída de las torres, como una cuestión de enviar un mensaje de esperanza y heroismo a las gentes del milenio que sufren por las acciones del terrorismo.
En tal sentido, cobra especial importancia la conclusión que expresa el tráiler, al mostrar la destrucción de la estatua de la libertad, símbolo occidental de la democracia y la paz.
Por lo visto, las amenazas continúan acechando nuestros sueños, generando un plano de inminencia y urgencia de la catástrofe que deben conjurar los chicos de la teen dystopia.
Una pesadilla barroca en bucle, con innumerables capas y citas, que precisamente llegan para forzar a los espectadores a volver a las salas, rompiendo con su círculo vicioso de sedentarismo por la covid-19.
Es oficial, amigos, la temporada del cine, como la conocimos antes, también está de regreso. Y así como el primer Spider Man inaguró el género más rentable del milenio, después de la crisis del 11 de septiembre, tengo la fe en que el chico arácnido sea el encargado de tejer la red que necesita el mercado de la taquilla y el theatrical, para soportar su operación financiera y no morir en el intento.
Peter, como el cine, busca salidas a su megaentuerto de abismos como de Inception y de multiversos, cada vez más inciertos en plan de agujeros negros.
Creo que todos iremos a apoyarlo en las salas, imaginando que podemos darle larga vida al cine.
Al cine que es la vida.