Se veía venir desde el anuncio de la producción de la película “La Sirenita”, nueva versión live action del clásico de la Disney, adaptado del cuento de Andersen.
La participación de una actriz afroamericana como protagonista, ha desatado polémica entre quienes lo defienden como un gesto válido y los que lo condenan como un reflejo de la “inclusión forzada” que toma a Disney, para beneficiarse del ruido publicitario y montarse en las agendas de la corrección política que garantizan premios de la academia.
¿Oportunismo, cuestión legítima, estrategia woke de mercadeo? ¿Un poco de todo ello?
Lo cierto es que el tema sigue despertando sentimientos encontrados, y que la controversia vende, a expensas quizás de que hablemos del cine o de estética, porque la ideología ha pasado a dominar el debate.
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De cualquier modo, toca ver la película para salir de dudas.
Cualquiera sea su opinión, evite caer en comentarios racistas, a nombre de un purismo que nunca ha existido en el arte. Menos en el séptimo.
No faltarán el boomer que se ofenda y el milleniall que lo considere un éxito instantáneo.
Ustedes qué piensan?